Bombardean el cuartel general. Al mando, según parece, está el camarada Mao González. El pequeño Deng Zapatero pinta un día el gato de negro y al otro vende el gato. Hay quien considera que la consigna para que florezcan cien mil canales televisivos está causando estragos en el politburó. Los viejos retratos de camaradas puño en alto y pañuelo en Rodiezmo están poniendo de los nervios a la fracción corbata que había logrado hacerse con el comité central tras una dura travesía del desierto. Las masas, enfervorizadas, claman por una ordalÃa que enfrente a Belén Esteban con la Campanario. La fracción lectora del comité central echa chispas contra la alienación. La fracción «mas madera» defiende el carácter instructivo de los programas que airean viejos vicios pequeñoburgueses. Se hacen apuestas para ponerle fecha a la madre de todos los programas de entretenimiento: «Autocrítica en el campo de reeducación». El hermano del ministro garabatea tiernos ideogramas para señalar que el programa lo tiene el pequeño Deng Zapatero por ser tan como es. Si hubiera estado en la Gran Marcha ya abrÃa abofeteado a Berlusconi. Pero quiá. El aburguesamiento nos puede. Seguiremos informado.